Así como existen muchos tipos de epilepsia, existen muchos desencadenantes que provoca una convulsión. ¿Pero qué tanto nos afecta?
Más del 80% de las personas con epilepsia informan que el estrés es un precipitante de sus crisis. En los últimos años se han publicado diferentes estudios que apuntan a que existe una estrecha relación entre el estrés y la epilepsia y, aunque aún no se ha dado con una respuesta concreta, no es muy difícil para cualquier persona (con epilepsia o no) imaginar que se siente en una situación estresante y posterior a esta.
Una investigación desarrollada en Croacia en la que se analizó la ocurrencia de crisis epilépticas durante la guerra de los años 90, se encontró que los niños que estaban en zonas de conflicto tenían crisis epilépticas con mayor frecuencia que aquellos que estaban fuera de esa zona. De forma semejante, algunos estudios que han analizado el diario vivir de personas con epilepsia concluyen que las crisis son más comunes en días o periodos estresantes.
Este estado de cansancio mental provocado por la exigencia de un rendimiento muy superior al normal, suele generar diversos trastornos físicos y mentales como dolores de cabeza, cuello, falta de energía o concentración, cansancio, mala memoria, etc. Estos síntomas que acabo de mencionar, para muchas personas que padecemos esta condición son clave, ya que, algunos de ellos se consideran desencadenantes para una convulsión.
Esta condición puede provocar estrés a nosotros como pacientes por los efectos incapacitantes que produce. El hecho de solo pensar que se vive con una enfermedad crónica, las crisis recurrentes, sentir auras y ya saber que se aproxima una convulsión, son hechos estresantes en nosotros mismos.
De hecho, hablando con algunas de las personas que suelen compartirme sus testimonios, me comentan que en muchas ocasiones la constante preocupación, sobreprotección, miedos, sobresaltos, etc. que sienten los padres por temor a que a sus hijos les de alguna crisis, provoca estrés en ellos.
Los investigadores aconsejan que, si una persona con epilepsia cree que el estrés es un factor desencadenante para él, consulte con el médico qué opciones de tratamiento hay. Existen técnicas como el mindfulness, el control de la respiración o la práctica deportiva pueden ayudar a controlar el estrés y, tal vez, también ayuden a disminuir la frecuencia de las crisis.
Claramente, el estrés y la epilepsia tienen una relación bidireccional. Si padeces de epilepsia y sufres constantemente de episodios de estrés, cuanto mayor sea el conocimiento de los factores precipitantes, mayor control podremos tener sobre las misma. Y si eres un cuidador, amigo, docente o tienes alguna relación directa con una persona que tiene epilepsia, mientras más calmada sea nuestra situación y entorno, más calmado será nuestro diario vivir.
Post dedicado a una amiga especial, Giselle.
Si usted o alguien que conoce ha experimentado algo parecido a lo que se ha descrito en este artículo, o han sentido episodios de estrés constante por cualquier razón, es importante que visite a su médico para que se oriente acerca de lo que puede hacer para ayudarle a aliviar sus síntomas.
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